Tipos de injerto óseo

Existen diferentes tipos de injerto óseo que es importante tener en cuenta en caso de someterse a este tipo de procedimiento. Estos son los siguientes:

• Hueso autólogo: Es un tipo de material que cuenta con varios tipos de actividades: osteoinductiva, osteoproliferativa y osteoconductiva. De esta manera, el material se puede utilizar como relleno de elección en la cirugía reconstructiva de todos aquellos defectos óseos que estén directamente relacionados con los maxilares. A pesar de ello, también cuenta con un punto negativo, y es que es necesario someterse a un tipo de intervención quirúrgica totalmente adicional para poder obtener este material. Es decir, es importante juntar la zona donante más la zona receptora para que el tratamiento sea completamente efectivo.
• Hueso heterólogo: Normalmente suele ser de origen bovino, y está formado por algunos componentes como el exento de calcio o cristales de carbonato de apatita. A su vez, tienen componentes orgánicos que se obtienen de un proceso de extracción muy exhaustivo, y gracias a ellos, la matriz inorgánica puede contar con una estructura prácticamente igual que los huesos de humano. A su vez, la red porosa ayuda también a la penetración del neohueso dentro de la estructura. Así, se consigue formar un tejido óseo completamente nuevo y con mucha mayor densidad, y la técnica se puede realizar con total normalidad.

Todas estas técnicas presentan un porcentaje muy alto de éxito en sus resultados finales, motivo por el cual llevan siendo también uno de los objetos de estudio más conocidos de los últimos 40 años. Esto hace que no sea de extrañar que gran cantidad de pacientes terminen profundamente satisfechos al final del proceso.

¿Por qué es tan importante la regeneración ósea guiada?

Los implantes dentales son tornillos que deben ser anclados al hueso maxilar, de manera que permitan sustituir a las piezas dentales para aquellos pacientes que los han perdido de manera definitiva. Cuando se insertan en el hueso, el extremo superior siempre tendrá que soportar la carga de la prótesis dental que funciona como sustituta del diente. No obstante, antes de proceder a su colocación, será fundamental que un profesional valore cada caso de manera completamente individual, ya que esta es la única manera de poder determinar cuál es el tipo de implante y el tamaño más adecuado en cada caso. No obstante, no hay que olvidarse de que en ciertas situaciones puede ser necesario regenerar hueso para conseguir una base sólida donde colocar el implante, para lo cual se recurrirá directamente a las técnicas de regeneración ósea.

En la actualidad, existen gran cantidad de posibilidades que se pueden aprovechar para planificar este tratamiento de la manera adecuada. Uno de los aspectos más importantes, es conocer de primera mano cuál es la técnica de regeneración ósea guiada, la cual se basa en formar hueso nuevo para rellenar los defectos óseos. Esta es absolutamente perfecta para pacientes que no tienen suficiente hueso maxilar, y a los que por este motivo les es imposible colocar adecuadamente un implante dental. Y, una vez se ha realizado el procedimiento, la superficie se recubrirá con el hueso obtenido tanto del propio paciente, como de los materiales de regeneración ósea que existen. Esto es debido a que la superficie queda expuesta, y es necesario recubrirla para garantizarle cierta protección, además de dar la posibilidad de recuperar la funcionalidad y la estética de la boca.