Los tres peores efectos del tabaco en tu boca
El tabaco es una sustancia que no solamente causa problemas a la salud general de las personas, sino que también termina afectando gravemente a la bucodental, no solamente en lo que respecta a la estética. Por este motivo, es bastante frecuente que los fumadores terminen desarrollando algunos problemas directamente relacionados con los dientes amarillos o la halitosis, aunque los mayores peligros del tabaquismo realmente se refieren a otros aspectos. Por ejemplo, en el desarrollo de enfermedades periodontales, como es el caso de la gingivitis o la piorrea, o el hecho de que la colocación de un implante dental sea más complicada al no poder cicatrizar a corto plazo. No obstante, la peor de las consecuencias del tabaco para la salud bucodental, es sin duda la del cáncer oral. Esto es debido a que la boca funciona como una entrada para el humo que desprende el cigarro, haciendo que todos sus componentes nocivos se terminen concentrando mayormente en esta zona.
Las consecuencias del tabaco en la salud oral
Como ya se ha mencionado anteriormente, el tabaco puede traer muchas complicaciones a la salud bucodental de los pacientes. Por ese motivo, es importante conocerlas de primera mano para evitar a toda costa esta sustancia nociva:
- Problemas con posibles futuros implantes: Es muy habitual que los fumadores terminen sometiéndose en algún punto de su vida a una cirugía de implantes. Sin embargo, el hecho de que consuman tabaco hace que el riesgo de que se produzcan complicaciones durante la operación aumente de manera considerable. Se ha comprobado que aquellos pacientes que reducen el consumo de cigarros a menos de diez cigarros al día una semana antes de la intervención, y ocho después de la misma, terminan obteniendo los mismos resultados exitosos que aquellos que no fuman. Por este motivo, los especialistas recomiendan eliminar, o al menos reducir, el consumo de este tipo de sustancias. El tabaco perjudica a la cicatrización una vez se lleva a cabo la cirugía, lo cual también provoca que las posibilidades de padecer una infección terminen aumentando. Sin olvidar, que la osteointegración, donde el implante se fija a la estructura ósea, también se ve perjudicada.
- Enfermedades periodontales: El tabaco es una sustancia que favorece a la aparición de enfermedades como la piorrea o la gingivitis, y las cuales a su vez afectan a los tejidos que soportan la pieza dental. Es decir, el hueso y la encía. Son infecciones provocadas por bacterias a raíz de un cúmulo de sarro dental situado bajo la propia encía, el cual no ha sido eliminado a tiempo. Tanto la gingivitis como la periodontitis son provocadas mayormente debido a una higiene dental deficiente. Esta primera es más sencilla de solucionar, mientras que la otra podría llegar a provocar la pérdida total de la pieza dental si no fuera tratada a tiempo. En el caso de las personas fumadoras, el tabaco hace que el riego sanguíneo disminuya provocando una bajada de las defensas de las encías, y haciendo que la respuesta al ataque de las bacterias que provocan estas enfermedades también se vea afectada. Los fumadores suelen presentar un sangrado menor sangrado de encías a inflamación, pero su diagnóstico se termina complicando al hacer que estas enfermedades periodontales avancen de una manera mucho más rápida.
- Cáncer de boca: Es uno de los mayores peligros que se pueden asociar al hábito de fumar. De hecho, es probablemente la consecuencia más grave que existe a raíz del tabaco, incluso aunque existan factores de riesgo que influyen enormemente, como es el caso de la edad o el sexo de la persona. La Asociación Española contra el Cáncer ya ha confirmado que el humo contiene hasta 4.000 sustancias distintas, de las cuales hasta 69 son cancerígenas. Por ello, una persona que fume tiene muchas más posibilidades de padecer un cáncer de boca que aquella que no tiene este hábito. Se calcula que solamente en España, alrededor de 50.000 personas terminan muriendo debido al consumo del tabaco, especialmente a raíz del desarrollo del cáncer de boca. Por ello, lo más recomendable es eliminar completo este hábito para terminar reduciendo este riesgo a cero. Por otra parte, no se debe tener en cuenta únicamente a las personas que fallecen por cáncer de boca, sino también a las que lo hacen por enfermedades pulmonares que también se asocian al tabaco. Así, la solución más adecuada es o bien reducir al máximo posible este hábito, o bien eliminándolo de la vida cotidiana de manera definitiva.
Consecuencias estéticas
Además de todos los factores anteriormente mencionados, los cuales se relacionan con la salud bucodental, también es importante tener presente que el tabaco provoca consecuencias a nivel estético que los pacientes deben conocer:
Presencia de manchas y dientes amarillos: Las personas fumadoras terminan desarrollando con el tiempo unas manchas muy poco estéticas en las piezas dentales, además de que estas también adoptan un tono amarillento que hace que su sonrisa pierda brillo y armonía.
Halitosis: El mal aliento es una de las mayores consecuencias que trae el tabaco, y si bien no se la considera exactamente estética, lo cierto es que afecta enormemente a quienes la padecen, y también a las personas que están a su alrededor.
Caída y pérdida de las piezas dentales: Es muy habitual que los fumadores con el paso de los años empiecen a desarrollar la caída de sus dientes, especialmente aquellos que llevan fumando durante mucho tiempo.
Conclusiones
Teniendo en cuenta todos estos elementos, queda muy claro que dejar de fumar es la mejor solución no solamente para preservar la salud oral, sino también para aumentar y mejorar la calidad de vida. El tabaco es una sustancia perjudicial para las personas, además de que es un hábito bastante complicado de eliminar, sobre todo para aquellos que llevan muchos años haciéndolo. No obstante, esto no es imposible, y los resultados se terminan agradeciendo en todos los aspectos de la vida cotidiana, tanto en lo que se refiere a la propia estética, como a nivel de salud general.