¿Qué es una anestesia y en qué casos se utiliza?

La anestesia dental es un tipo de recurso que se utiliza normalmente en las consultas para que los pacientes no sientan ningún tipo de dolor o molestia a la hora de llevar a cabo determinados tratamientos dentales, especialmente aquellos que sean excesivamente complejos. En algunas ocasiones, la anestesia también se puede utilizar para que el paciente consiga relajarse completamente y termine con su ansiedad a la hora de someterse a determinados procedimientos y al acudir al dentista en general.

La anestesia es un tipo de técnica muy utilizada y efectiva donde se tiene en cuenta la historia clínica del paciente, así como sus características personales y su situación individual. En estos casos, y dependiendo de cada persona a nivel individual, se puede optar a una técnica o a otra de insensibilización. En algunas ocasiones, los profesionales pueden aplicar anestésicos tópicos en la zona de las encías, de manera que el dolor que produzca la encía se vea considerablemente reducido. A nivel general, la anestesia se encarga de bloquear por completo los nervios que transmiten el dolor y las molestias. De esta manera, se consigue insensibilizar una zona muy amplia para que el paciente no sienta nada en el tiempo en el que dure el procedimiento, independientemente de cuál de todos se trate. Normalmente, los tratamientos más molestos suelen ser los que se utilizan para solucionar enfermedades bucodentales graves, como es el caso de la periodontitis.

ANESTESIA

Características Anestesia general

La anestesia general es aquella donde existe ausencia temporal de la sensibilidad del cuerpo, además de pérdida de conocimiento total y absoluta. Esto es algo que a los pacientes no suele agradarles, a pesar de que de esta manera sí que se consigue no sentir ninguna molestia ni dolor en ningún momento. No obstante, es un tipo de anestesia que únicamente se requiere en intervenciones que son excesivamente complejas. A pesar de ello, es conveniente que los pacientes conozcan las fases que se requieren a la hora de aplicar esta anestesia, de manera que puedan quedarse mucho más tranquilos:

  • Fase de inducción: En estos casos, se administran fármacos concretos para conseguir la relajación y amnesia del paciente, de manera que este pierda en completo la conciencia y se encuentre en coma inducido durante el tiempo que dure la operación. El cuerpo entrará en un estado de relajación absoluto, y para el profesional será también mucho más sencillo llevar a cabo la operación de manera exitosa.
  • Fase de mantenimiento: Se continúa administrando fármacos para que la intervención se pueda llevar a cabo de manera completamente segura. Es algo que se puede llevar a cabo por diferentes vías ( venosa, inhalatoria, etc.) Una vez el paciente despierta, el profesional continuará administrándole fármacos para que éste siga sin sentir dolor. Será solo cuando recupere el nivel adecuado de conciencia cuando se le retiren los dispositivos de control de la ventilación. Posteriormente, tendrá que acudir a la Unidad de Reanimación para ser vigilado hasta que se recupere de manera total.

 

Características Anestesia local

La anestesia local es un tipo que únicamente se encarga de actuar sobre una parte muy pequeña del cuerpo. Para ello, se aplica un fármaco anestésico que consigue evitar todas las molestias y dolores que se puedan producir a la hora de realizar un tratamiento. En caso de que dicho fármaco se aplica en pasta, gotas o spray, esta anestesia recibirá el nombre de tópica. En el caso de que se utilice algún tipo de aguja o de jeringuilla, éstas recibirán el nombre de infiltraciones, y son aquellas que generalmente aplican los cirujanos para tratamientos complejos y que pueden producir mucho dolor.

La duración de la anestesia local depende enormemente del tipo de anestésico que vaya a aplicarse al paciente, así como de si se va a añadir adrenalina, o al tipo de dosis que se vaya a realizar. Generalmente, este anestésico dura entre hora y media y dos horas, aunque va a depender enormemente de diferentes factores. Es un procedimiento bastante útil y que se utiliza en múltiples procedimientos y de diferentes clases, no solamente en lo que respecta a la odontología. Así, se consigue que los pacientes no sufran molestias ni dolores excesivos y puedan solucionar sus problemas sin pasarlo mal a la hora de llevar a cabo la operación.