¿Qué es y para qué sirve un empaste?
Los empastes u obturaciones son aquellos tratamientos dentales que se encargan de la reparación de aquellas piezas dentales que han sido dañados debido sobre todo a las caries. Es una técnica que consiste en eliminar dichas caries para que no avancen y el paciente tenga alto riesgo de perder del todo la pieza dental. Esto es debido a que, en caso de no tratar este problema a tiempo, la enfermedad puede llegar a afectar directamente al nervio del diente, de manera que ya habría que proceder con tratamientos más agresivos como la endodoncia. Por esta razón cobra todavía más importancia el recurrir a los empastes dentales cuando se detecta la presencia de caries en uno o varios dientes.
¿Cómo se hace un empaste?
Los empastes dentales son una solución muy efectiva, rápida y bastante cómoda para los pacientes, además de que se puede llevar a cabo con bastante rapidez, sin pasar de los 50 minutos la mayoría de las veces. No obstante, para asegurar unos buenos resultados finales, es importante llevar a cabo el procedimiento siguiendo todos los pasos de manera correcta:
- Aplicación de anestesia: Para que el paciente no sufra ningún tipo de dolor o molestia durante el tratamiento, el dentista se encargará de aplicarle anestesia local para su mayor comodidad y tranquilidad. La anestesia es especialmente necesaria en aquellos casos más graves donde la caries ha llegado al nervio, ya que en estos casos el paciente puede sentir mucho dolor.
- Limpieza de la caries: En este paso, el dentista se encarga de retirar el tejido que ha sido dañado por la caries dental, dejando una cavidad que deberá ser rellenada posteriormente.
- Relleno de la cavidad: Para poder recuperar la funcionalidad y la estética de la pieza dental dañada, es necesario rellenar el hueco que se ha quedado a través de distintos materiales, siendo el composite el más utilizado de todos. Una vez se escoge dicho material y se ha llenado la cavidad, habrá que aplicar una luz especial para que se endurezca.
- Pulido: Por último, el dentista se encargará de pulir el empaste para que los resultados sean impecables, y el paciente deberá realizar una prueba de mordida para comprobar que todo ha salido tal y como se esperaba.
Tipos de empastes dentales
Los diferentes tipos de empastes dentales que existen se pueden clasificar en dos tipos distintos, dependiendo de cuánta cantidad de diente se necesite reconstruir.
- Empaste simple: Se llevan a cabo en aquellos casos donde la caries es bastante pequeña y se va a llevar a cabo una reconstrucción muy sencilla.
- Empaste compuesto: En estos casos, el diente está mucho más dañado, por lo que se debe retirar una superficie mucho mayor de la pieza dental, haciendo que el trabajo de reconstrucción sea mucho mayor.
A su vez, es importante distinguir los distintos tipos de materiales que existen a la hora de hacer los empastes:
- Composite: Es el más utilizado debido a que es el más estético al imitar a la perfección el color del diente, aunque su duración es menor a la de otros materiales.
- Amalgama: Aunque ya casi no se usan, sí que eran muy conocidos anteriormente, ya que su duración era incluso de hasta 30 años. No obstante, debido a su carácter antiestético, cada vez son menos personas las que recurren a ellos.
¿Se puede desprender un empaste?
Lo cierto es que las reconstrucciones dentales sí que se pueden llegar a desprender, sobre todo en aquellos casos donde la estructura remanente no es suficiente. Esto se traduce en que el material de obturación no se encuentra correctamente sujeto, lo que hace que aumente el riesgo de que este se termine desprendiendo. En estos casos, las personas que más afectadas se encuentran son aquellas que padecen de trastornos como es el caso del bruxismo o rechinamiento de los dientes, ya que es mucho más fácil que se desprendan sus empastes. Por ello, en caso de notar que se ha producido dicha fractura, se debe acudir al dentista cuanto antes.
¿Es normal sentir dolor después de un empaste?
Los empastes dentales generalmente no producen ningún tipo de dolor, en gran parte porque muchas veces se utiliza anestesia local para llevarlos a cabo, y porque el procedimiento es bastante sencillo. Sí que es posible sentir ciertas molestias o sensaciones algo extrañas cuando el efecto de la anestesia se va aminorando con el paso del tiempo. Sin embargo, esto únicamente afectará al principio, cuando el paciente todavía no está acostumbrado. La realidad es que los empastes dentales son tratamientos muy poco invasivos, lo cual hace que sea muy extraño que el paciente sienta dolor en algún momento.
¿Se puede blanquear un empaste dental?
El blanqueamiento dental, por desgracia, solamente puede blanquear los propias piezas dentales, ya que ha sido específicamente diseñado para ellos. Por este motivo, a la hora de aplicarlo, las piezas dentales naturales sí que se verán afectadas, pero los empastes permanecerán exactamente iguales, sin experimentar ningún tipo de cambio de tonalidad. Esto es debido a que las sustancias de las que se compone el blanqueamiento solo es capaz de blanquear la parte orgánica del diente, pero no la resina de la que están fabricados los empastes, coronas dentales, etc. Por este motivo, los pacientes deberán tener en cuenta que, en caso de someterse a este procedimiento, únicamente conseguirán un blanqueamiento dental en sus dientes naturales. Para lograr que los empastes consigan esa tonalidad, habría que repetir de nuevo ese procedimiento y adaptar el color del material nuevo al que tienen las piezas dentales después del blanqueamiento.
En estos casos, muchos profesionales recomiendan que los pacientes valoren si realmente les compensa que los empastes tengan el mismo color que los dientes después del blanqueamiento, ya que en muchas ocasiones estos ni siquiera se pueden ver a simple vista. Por supuesto, consultar a un dentista de confianza siempre es un acierto en estos casos.