Si tengo hipoplasia dental, ¿Cómo soluciono la pérdida de esmalte? 

La hipoplasia consiste en una formación completamente incorrecta de un órgano o de cualquier otra parte del cuerpo, y afecta a diferentes zonas del cuerpo de una manera distinta dependiendo de la localización del dolor. Así como en Medicina este término se suele utilizar bastante, la Odontología no es una excepción, pues también existe lo que se conoce como la hipoplasia dental. Esta anomalía se concentra dentro de la boca, y se encarga de ir reduciendo considerablemente la cantidad de esmalte que tienen las piezas dentales durante su desarrollo. Por norma general, la hipoplasia dental suele aparecer antes de que erupcione la propia pieza dental, y da lugar tanto a manchas marrones o blancas, como a pequeños surcos que son además muy poco estéticos.

Dependiendo de la gravedad de cada caso, habrá una serie de señales que indicarán la presencia de esta anomalía en la boca de una persona. En muchas ocasiones, estos signos no se aprecian con demasiada facilidad, mientras que otras veces ocurre lo contrario, y estos son bastante visibles. Como ya se ha comentado, esto deriva en unos resultados estéticos muy poco agradables, pues la hipoplasia da una apariencia de deterioro al diente.

Origen de la hipoplasia

La hipoplasia dental se da durante el tiempo que dura el desarrollo de la estructura de la pieza dental, y se produce a raíz de una situación concreta, la cual se puede encontrar entre la siguientes:

  • Infecciones: Las infecciones en muchas ocasiones son las principales causantes de que se dé esta anomalía entre los pacientes.
  • Malnutrición: Una mala alimentación, o el bajo consumo de ciertos productos que tienen vitaminas y componentes necesarios para contar con una buena salud también suelen ser los principales causantes de la hipoplasia
  • Enfermedades: Como es el caso de la fiebre, también propician la aparición de la hipoplasia entre los pacientes.

problema es una consecuencia directa de cualquiera de estas complicaciones que se desarrollan durante la niñez, y por eso es tan frecuente ver este problema en niños pequeños. Al existir tantas causas diferentes, lo cierto es que muchas veces es complicado determinar cuál es el motivo real que originó la hipoplasia.

 Consecuencias de la hipoplasia

Para hablar de las consecuencias de la hipoplasia, primero es necesario explicar qué es exactamente el esmalte dental y por qué esta anomalía es tan perjudicial para el mismo. El esmalte supone la capa más superficial de los dientes, siendo la parte más dura del cuerpo humano, y la encargada de proteger a las piezas dentales de los impactos y factores externos. El esmalte, además, también es bastante responsable del color de los propios dientes, aunque no es el principal. Sin embargo, es precisamente esta función protectora la más importante, y la que se verá afectada en caso de que ocurra cualquier agresión externa, donde se incluirán las bacterias y las caries. Por supuesto, las enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis también serán perjudiciales para el esmalte.

Tratamiento para la hipoplasia

Para poder tratar la hipoplasia, lo más recomendable es la prevención. Esto significa que los pacientes deberán cuidar el esmalte dental al máximo posible, ya que este no se regenera por sí mismo. Estos cuidados pueden ir desde unas buenas rutinas de limpieza dental diaria, hasta una buena alimentación y no abusar de productos que sean muy altos en azúcares. Por supuesto, el tabaco tampoco será el mejor aliado en estos casos, y convendría eliminar o reducir considerablemente su consumo.

No obstante, además de estas medidas de prevención, también existen una serie de tratamientos que conviene conocer. Dependiendo del nivel de gravedad, el paciente podrá recurrir a los siguientes:

  • Microabrasión dental: Es un procedimiento que se suele llevar a cabo cuando las manchas de las piezas dentales son muy severas. Consiste básicamente en pulir la capa dañada del esmalte para eliminar completamente dicha mancha, y que posteriormente esta capa se rellene de composite.
  • Implantes dentales: Es el último recurso, pues se da cuando la situación es especialmente grave y el deterioro ya es muy difícil de tratar. En estos casos, habrá que colocar un implante para sustituir completamente la pieza a nivel tanto funcional como estético. Cabe recalcar, que este procedimiento se realiza de una manera completamente individual y que dependerá de las necesidades que tenga cada persona.
  • Sellado dental: Se utiliza para aquellos casos que son menos graves, y sirven para poder proteger la superficie de la pieza que ha sido directamente afectada por la hipoplasia.
  • Carillas dentales: Es otro de los tratamientos que únicamente se realizan cuando la situación es muy severa, al igual que ocurre con los implantes. Las carillas o las coronas dentales son también tratamientos muy individuales y que se llevan a cabo dependiendo de las necesidades de cada paciente en particular. Por ello, para colocar estas carillas se utilizan materiales muy diversos que se adapten al color, tamaño y forma de su propia pieza dental.
  • Blanqueamiento dental: Se realiza en casos medios, y cuando las manchas en los dientes son blancas y no marrones. Es muy útil porque logra que todas las piezas dentales tengan un color mucho más uniforme, y estéticamente la sonrisa del paciente terminará quedando mucho más armónica

Conclusiones

La hipoplasia es una anomalía que, si bien no es muy grave, es importante tratar a tiempo para cuidar el aspecto y la salud de las piezas dentales. Por este motivo cobra tanta importancia acudir al dentista al menos una vez al año, de forma que este pueda detectar los síntomas a tiempo e indicar un tratamiento cuanto antes. Además, este profesional será el encargado de determinar cuál de todos estos procedimientos es el más adecuado dependiendo del paciente y de su situación individual. Por supuesto, la prevención será también clave a la hora de evitar este problema, y es algo que se puede conseguir fácilmente a través de unos hábitos de vida saludables, una alimentación equilibrada y unas rutinas de limpieza al menos tres veces al día.