En el maravilloso mundo de la odontología, existen numerosas condiciones y trastornos que pueden afectar la salud bucal de las personas. Uno de estos trastornos poco conocidos pero intrigante es la parestesia dental. La parestesia dental se caracteriza por una sensación anormal y persistente de hormigueo, adormecimiento o pérdida parcial de la sensibilidad en los dientes, encías o áreas cercanas. Este fenómeno sensorial desconcertante puede causar preocupación y malestar, y comprender su naturaleza es fundamental para abordar adecuadamente este problema.

Parestesia dental

Aunque la parestesia dental es relativamente rara en comparación con otros trastornos dentales, afecta a una cantidad significativa de personas en todo el mundo. A menudo, se asocia con procedimientos odontológicos invasivos, como la extracción de muelas del juicio, implantes dentales o la colocación de endodoncias.

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No obstante, también puede manifestarse sin ninguna intervención dental previa, lo que añade un elemento de misterio a su aparición.

En qué consiste la parestesia dental

La parestesia dental es una condición odontológica intrigante y, a menudo, desconcertante, que se caracteriza por una sensación anormal y persistente de hormigueo, adormecimiento o pérdida parcial de la sensibilidad en los dientes, encías o áreas cercanas.

No obstante, no es tan común como otros trastornos dentales, afecta a una cantidad significativa de personas en todo el mundo y puede generar preocupación y malestar.

Causas de la parestesia facial y dental

La parestesia facial y dental es un fenómeno sensorial inquietante que afecta a la sensibilidad en la cara y los dientes. Esta condición se caracteriza por una sensación anormal de hormigueo, adormecimiento o pérdida parcial de la sensibilidad en estas áreas, lo que puede generar molestias y preocupación en quienes la experimentan.

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Si bien la parestesia facial y dental puede ser causada por diversos factores, los cuales son los siguientes:

  • Traumatismo o lesiones: Uno de los desencadenantes más frecuentes de la parestesia facial y dental son los traumatismos o lesiones en la zona. Un golpe fuerte en la cara o en la mandíbula puede afectar los nervios faciales y dentales, causando una disfunción temporal en su funcionamiento normal y, como resultado, la aparición de parestesia. Estos traumatismos pueden ocurrir debido a accidentes automovilísticos, caídas o golpes deportivos, entre otras circunstancias.
  • Procedimientos dentales invasivos: Al igual que ocurre con la parestesia dental específicamente, los procedimientos odontológicos invasivos también pueden ser una causa importante de la parestesia facial y dental. La extracción de dientes, especialmente los terceros molares o muelas del juicio, la colocación de implantes dentales o las cirugías maxilofaciales pueden implicar la manipulación de los nervios que inervan la zona, lo que aumenta el riesgo de daño o irritación nerviosa y, por ende, de parestesia.
  • Infecciones o enfermedades: Algunas infecciones o enfermedades que afectan los nervios faciales y dentales también pueden provocar parestesia. La enfermedad de Lyme, la parotiditis viral, el herpes zóster o el síndrome de Ramsay Hunt son ejemplos de condiciones que pueden causar inflamación o daño en los nervios faciales y, en consecuencia, generar parestesia facial y dental.
  • Estas situaciones a menudo se acompañan de otros síntomas, como dolor, hinchazón o erupciones cutáneas.
  • Compresión nerviosa: La compresión de los nervios faciales y dentales debido a factores anatómicos o patológicos puede ser otra causa de parestesia. Por ejemplo, un quiste o tumor en la mandíbula o cerca de los nervios faciales puede ejercer presión sobre ellos, lo que resulta en una disfunción nerviosa y la aparición de parestesia. En algunos casos, la compresión nerviosa puede requerir tratamientos especializados, como cirugía o radioterapia, para aliviar la presión y restaurar la sensibilidad normal.
  • Trastornos neurológicos: Algunos trastornos neurológicos, como la esclerosis múltiple o la neuralgia del trigémino, pueden afectar los nervios faciales y dentales, lo que desencadena síntomas de parestesia. Estas condiciones suelen ser crónicas y requieren un enfoque de manejo integral por parte de especialistas en neurología y odontología.

Es importante recalcar que, en algunos casos, la parestesia facial y dental puede resolverse de forma espontánea con el tiempo a medida que los nervios se recuperan.

Pese a, en situaciones persistentes o que afectan significativamente la calidad de vida del individuo, se recomienda buscar atención médica y dental para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.

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Exodoncia

La exodoncia, o extracción de dientes, es un procedimiento común en la práctica odontológica que puede estar asociado con la aparición de parestesia dental. Aunque la mayoría de las extracciones dentales se realizan sin complicaciones, en algunos casos, pueden surgir problemas que afecten los nervios y den lugar a esta experiencia sensorial inquietante.

Durante la exodoncia, el objetivo principal es extraer un diente problemático o dañado de la boca del paciente. Pero, debido a la compleja red de nervios que inervan los dientes y las estructuras circundantes, existe un riesgo potencial de daño a estos nervios durante el procedimiento.

Los nervios que se encuentran en estrecha proximidad a los dientes a extraer pueden sufrir traumatismos directos o ser comprimidos debido a la manipulación necesaria para retirar el diente. Esto puede resultar en una irritación o lesión de los nervios, lo que interfiere con su función normal de transmitir señales de sensibilidad. Cuando los nervios se ven afectados durante una exodoncia, puede manifestarse una parestesia dental.

Los síntomas más comunes de la parestesia dental incluyen sensaciones anormales como hormigueo, adormecimiento, picazón o incluso una pérdida parcial de la sensibilidad en los dientes, las encías o las áreas cercanas. Estas sensaciones pueden ser persistentes o intermitentes, y pueden generar incomodidad y preocupación en aquellos que las experimentan.

Es importante tener en cuenta que la parestesia dental después de una exodoncia es una complicación poco común, pero que puede ocurrir en casos específicos. La probabilidad de parestesia aumenta cuando se trata de extracciones dentales más complejas, como la extracción de terceros molares o dientes impactados.

Igualmente, factores como la anatomía dental, la experiencia y habilidad del profesional, así como la respuesta individual del paciente, también pueden influir en el riesgo de desarrollar parestesia dental después de una exodoncia.

Endodoncia

La endodoncia es un procedimiento dental utilizado para tratar el interior de un diente cuando la pulpa dental, el tejido blando en el centro del diente que contiene los nervios y los vasos sanguíneos, se infecta o se encuentra dañada.

Si bien la endodoncia es un tratamiento común y efectivo, en raras ocasiones puede estar relacionada con la aparición de parestesia dental.

Durante una endodoncia, el objetivo principal es eliminar la pulpa dental infectada o dañada y limpiar el conducto radicular del diente. Para ello, se realiza una apertura en la corona del diente y se elimina cuidadosamente la pulpa afectada. Una vez que el conducto radicular está limpio, se sella para prevenir futuras infecciones.

Aunque se trata de un procedimiento minucioso y delicado, en ocasiones excepcionales pueden ocurrir complicaciones que afecten los nervios que inervan el diente y las estructuras circundantes. Estas complicaciones pueden incluir daño o irritación de los nervios, lo que puede desencadenar la parestesia dental.

La parestesia dental relacionada con la endodoncia se caracteriza por una sensación anormal y persistente de hormigueo, adormecimiento o pérdida parcial de la sensibilidad en los dientes, las encías o las áreas adyacentes. Estos síntomas pueden ser molestos e incluso causar ansiedad en aquellos que los experimentan.

Es importante destacar que la parestesia dental después de una endodoncia es extremadamente poco común. La gran mayoría de los procedimientos de endodoncia se realizan sin complicaciones y no están asociados con la parestesia dental. No obstante, cuando ocurre, suele ser el resultado de factores particulares, como la anatomía dental compleja, la presencia de infecciones severas o crónicas, o el contacto directo con los nervios durante el tratamiento.

Implantes dentales

Los implantes dentales han revolucionado la odontología moderna, ofreciendo una solución efectiva y duradera para reemplazar dientes perdidos. Sin embargo, en casos excepcionales, los implantes dentales pueden estar asociados con la aparición de parestesia dental, una experiencia sensorial anormal y preocupante.

Antes de indagar en las posibles causas de la parestesia dental relacionada con los implantes, es importante comprender cómo funcionan y por qué se utilizan.

Los implantes dentales son estructuras de titanio o materiales similares que se insertan en el hueso maxilar o mandibular, actuando como una raíz artificial para sostener una prótesis dental, como una corona o un puente. Estos implantes proporcionan una base sólida y segura para restaurar la funcionalidad y la apariencia estética de los dientes perdidos.

Si conforme la colocación de implantes dentales es un procedimiento rutinario y seguro, existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de parestesia dental. Uno de los principales desencadenantes es la manipulación y la posición cercana de los nervios que inervan la zona durante la inserción del implante.

Si los nervios se ven comprimidos, irritados o dañados durante el procedimiento, puede producirse una disfunción nerviosa que resulte en la parestesia dental.

Es importante destacar que el riesgo de parestesia dental relacionada con implantes dentales es relativamente bajo. La mayoría de los procedimientos de implantes se realizan sin complicaciones y no están asociados con esta condición. A pesar de, en casos raros, pueden surgir complicaciones que afecten los nervios adyacentes.

Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de parestesia dental durante la colocación de implantes. Entre ellos se incluyen la ubicación del implante en relación con los nervios, la anatomía individual del paciente, la experiencia y habilidad del profesional, así como la presencia de afecciones preexistentes, como infecciones o enfermedades neurológicas.

Cirugía oral

La cirugía oral es una especialidad de la odontología que abarca una amplia gama de procedimientos quirúrgicos realizados en la cavidad oral y las estructuras maxilofaciales. Aunque la cirugía oral es generalmente segura y efectiva, en ciertos casos puede estar asociada con la aparición de parestesia dental, una condición que causa sensaciones anormales en los dientes y las estructuras circundantes.

Existen varias cirugías orales que pueden aumentar el riesgo de parestesia dental. Algunos ejemplos comunes incluyen extracciones dentales complejas, como la remoción de terceros molares impactados, la colocación de implantes dentales, la corrección de deformidades maxilofaciales y la cirugía de los nervios trigémino o facial.

Durante estos procedimientos, es posible que los nervios que suministran sensibilidad a la zona se vean comprometidos, irritados o dañados. Esto puede deberse a la manipulación cercana de los nervios durante la cirugía, la presión ejercida sobre ellos o la lesión directa causada por el procedimiento.

Principales síntomas de la parestesia dental

  1. Hormigueo: Muchos pacientes experimentan una sensación de hormigueo o “alfileres y agujas” en los dientes afectados. Esta sensación puede ser persistente o intermitente.
  2. Adormecimiento: La parestesia dental a menudo se presenta con una sensación de adormecimiento en los dientes, lo que puede hacer que el paciente pierda parcialmente la sensibilidad en esa área.
  3. Sensibilidad reducida: Algunas personas pueden notar una disminución de la sensibilidad dental en los dientes afectados. Esto puede hacer que sea difícil percibir estímulos como el calor, el frío o la presión.
  4. Pérdida parcial de la sensibilidad: En casos más graves, la parestesia dental puede resultar en una pérdida parcial de la sensibilidad en los dientes y las estructuras adyacentes. Esto puede afectar la capacidad del paciente para sentir texturas o identificar estímulos táctiles.

¿Qué debo hacer si creo tener parestesia?

Primeramente, debes comunicarte con tu dentista. Programa una cita con tu dentista lo antes posible para discutir tus síntomas y preocupaciones. El dentista es el profesional adecuado para evaluar y diagnosticar la parestesia dental.

Después, con mucha calma, describe tus síntomas. Durante la consulta con tu dentista, describe detalladamente los síntomas que estás experimentando, como hormigueo, adormecimiento o sensibilidad reducida en los dientes o las estructuras circundantes. Proporcionar información precisa ayudará al dentista en el proceso de diagnóstico.

Posterior a esto, realiza exámenes y pruebas. El dentista realizará un examen clínico completo, que puede incluir radiografías o tomografías computarizadas, para evaluar la situación y determinar la causa de la parestesia dental. Estas pruebas ayudarán a descartar otras condiciones y a confirmar el diagnóstico.

Adicionalmente, te recomendamos que sigas las recomendaciones del dentista. Una vez que se haya realizado el diagnóstico, el dentista te proporcionará recomendaciones específicas de tratamiento y manejo. Estas pueden incluir opciones conservadoras de observación y seguimiento, terapia de estimulación nerviosa, medicamentos o incluso intervenciones quirúrgicas en casos más graves.

Y, para finalizar, trata de mantener una comunicación abierta. Asegúrate de mantener una comunicación constante con tu dentista durante todo el proceso de tratamiento y recuperación. Informa sobre cualquier cambio en tus síntomas, preguntas adicionales o inquietudes que puedas tener.

Cómo tratar la parestesia

  • Observación y seguimiento: En casos leves o transitorios de parestesia dental, el dentista puede recomendar un enfoque conservador de observación y seguimiento. Esto implica monitorear regularmente los síntomas y permitir que el cuerpo se recupere por sí solo. Durante este período, es esencial mantener una comunicación abierta con el dentista y reportar cualquier cambio en los síntomas.
  • Terapia de estimulación nerviosa: En algunos casos, se puede recomendar la terapia de estimulación nerviosa para ayudar a acelerar la recuperación de los nervios afectados. Este enfoque utiliza técnicas específicas, como la aplicación de corriente eléctrica de baja intensidad, para estimular la regeneración y la función nerviosa.
  • Medicamentos: En ciertos casos, se pueden prescribir medicamentos para ayudar a aliviar los síntomas y promover la recuperación de la parestesia dental. Estos medicamentos pueden incluir analgésicos, antiinflamatorios o incluso medicamentos específicos para mejorar la función nerviosa.
  • Intervención quirúrgica: En situaciones más graves o persistentes de parestesia dental, puede ser necesario considerar opciones de tratamiento más invasivas, como la intervención quirúrgica. Esto puede implicar la liberación de nervios comprimidos o la reparación de daños en los tejidos nerviosos. Pero, la decisión de optar por la cirugía dependerá de la evaluación individual del caso por parte del dentista o cirujano oral.

¿Cuánto tiempo puede durar la parestesia?

La parestesia dental transitoria puede durar desde días hasta semanas, aunque la mayoría de los casos se resuelven en unas pocas semanas. Durante este tiempo, es importante mantener una comunicación abierta con el dentista y seguir sus recomendaciones de manejo y tratamiento.

En casos más persistentes, la parestesia dental puede durar varios meses o incluso años. Estos casos son menos comunes y a menudo requieren una evaluación y un manejo más detallados.

Es crucial tener en cuenta que cada situación de parestesia dental es única y que los tiempos de recuperación pueden variar. El cuerpo tiene la capacidad de regenerar y sanar los nervios dañados, pero esto puede llevar tiempo. El seguimiento regular con el dentista y la comunicación abierta sobre cualquier cambio en los síntomas son fundamentales para evaluar la progresión y la recuperación de la parestesia dental.

¿Cómo prevenir la parestesia?

Te recomendamos que tengas una comunicación clara con el dentista. Antes de cualquier procedimiento dental, es importante comunicar al dentista cualquier problema de salud previo, alergias o condiciones específicas que puedan afectar el tratamiento. Esto permitirá al dentista tomar las precauciones necesarias y personalizar el enfoque según tus necesidades.

También, es importante que te hagas una evaluación exhaustiva. Antes de someterte a tratamientos dentales invasivos, como extracciones de muelas del juicio o colocación de implantes, se debe realizar una evaluación exhaustiva. Esto puede incluir radiografías, imágenes 3D o cualquier otro estudio necesario para identificar la ubicación precisa de los nervios y estructuras importantes. Una planificación adecuada minimizará el riesgo de dañar los nervios durante el procedimiento.

Para ir finalizando, son recomendables las habilidades y técnica del profesional: Los profesionales dentales deben tener habilidades y conocimientos sólidos en los procedimientos que realizan. Esto incluye una técnica adecuada para evitar daños a los nervios y una comprensión completa de la anatomía oral.

Y, por último. Haz seguimiento y atención postoperatoria: Después de cualquier procedimiento dental, sigue las instrucciones postoperatorias proporcionadas por el dentista.  Puedes incluir el uso de medicamentos recetados, la aplicación de hielo o calor, y evitar actividades o alimentos que puedan aumentar el riesgo de complicaciones.