El piercing en el labio es una práctica de modificación corporal que implica perforar el labio para insertar joyería. Aunque hoy en día es una moda popular, el piercing en el labio tiene una larga historia en diferentes culturas.

Piercing en el labio consejos antes de hacertelo

Por ejemplo, los antiguos aztecas y mayas usaban joyas labiales como un signo de estatus social. También se ha documentado el uso de piercings en el labio en algunas tribus africanas y aborígenes australianos.

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En la cultura occidental, el piercing en el labio comenzó a popularizarse en los años 70 y 80 como parte del movimiento punk. Desde entonces, ha evolucionado en diferentes estilos y formas, desde un simple aro en el centro del labio hasta múltiples perforaciones en el labio superior e inferior.

 

Es importante destacar que, como con cualquier modificación corporal, el piercing en el labio conlleva algunos riesgos, incluyendo infecciones, hemorragias y reacciones alérgicas. Es importante tomar medidas adecuadas de higiene y elegir un profesional experimentado y capacitado para llevar a cabo el procedimiento.

¿Qué debes saber antes de hacerte el piercing?

Antes de hacerte un piercing en el labio, hay algunas cosas importantes que debes saber para asegurarte de que estás tomando una decisión informada y segura. En primer lugar, es crucial investigar al profesional que realizará el piercing. Asegúrate de que estén debidamente capacitados y tengan experiencia en la realización de piercings en el labio. También es importante comprobar si el establecimiento cumple con las normas de higiene y seguridad. Es recomendable leer reseñas de otros pacientes y buscar referencias.

 

Adicionalmente, es importante considerar los riesgos asociados con el piercing en el labio. La perforación en el labio puede provocar infecciones, reacciones alérgicas y hemorragias. Es fundamental que el profesional utilice equipo estéril y desechable, y que siga todas las medidas de seguridad necesarias.

 

Otro aspecto a considerar es el material que se usará para el piercing. Asegúrate de elegir una pieza de alta calidad, como titanio o acero quirúrgico, que sea segura para su uso en el cuerpo. También es importante elegir el tamaño y el estilo adecuados para tus necesidades y preferencias.

 

Antes de hacerse un piercing en el labio, es esencial prepararse adecuadamente. Esto puede incluir evitar el consumo de alcohol y drogas durante las 24 horas previas al procedimiento, así como mantener una buena higiene oral. También es importante preguntar al profesional sobre los cuidados posteriores y asegurarse de seguir las instrucciones para reducir el riesgo de infecciones y problemas.

Tipos de piercing en el labio

El piercing en el labio tiene diferentes tipos que varían en la ubicación y cantidad de perforaciones. Cada tipo de piercing tiene su propio estilo y significado. Los piercings más comunes son el de labio central y el de labio doble. También existen piercings en el labio superior como el de Medusa y el de Angel Bites. El piercing de Snake bites se coloca en ambos lados del labio inferior y el de Dahlia bites se coloca en los extremos de los labios.

Piercing en el labio superior

El piercing en el labio superior es menos común que el piercing en el labio inferior. A menudo se coloca en el centro del labio superior, aunque también se puede colocar en un lado del mismo. La joyería más utilizada para este tipo de piercing es un aro o una barra.

 

El piercing en el labio superior se llama a menudo “Piercing de Medusa” debido a su parecido con el lunar de la diosa griega. Este tipo de piercing tiene un significado similar al de otros piercings en la boca, que es la autoexpresión y la rebeldía. Sin embargo, algunos también lo ven como un símbolo de belleza y feminidad.

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Piercing smiley

El piercing smiley es un tipo de perforación que se coloca en el frenillo labial superior, que es el pequeño pliegue de tejido que conecta el labio superior con las encías. Este piercing solo es visible cuando sonríes, lo que lo hace más discreto que otros tipos de piercings en la boca.

 

La joyería más comúnmente utilizada en el piercing smiley es un aro o un pequeño barbell. A menudo, se utilizan materiales de titanio o acero quirúrgico para minimizar el riesgo de reacciones alérgicas.

 

El piercing smiley es un tipo de piercing relativamente nuevo, por lo que no tiene un significado simbólico fuerte. Sin embargo, a menudo se ve como una forma de autoexpresión y de añadir un toque de estilo único.

Riesgos asociados al piercing

El piercing es una forma popular de autoexpresión y de moda, pero también conlleva ciertos riesgos. La perforación de la piel y la inserción de joyas pueden provocar infecciones, dolor, sangrado excesivo y cicatrices. Además, si no se realiza de forma adecuada, el piercing también puede provocar daños permanentes en el cuerpo, como deformidades o daños en los nervios. Por lo tanto, es importante estar informado sobre los riesgos asociados al piercing antes de tomar la decisión de hacerte uno.

Traumatismos dentales

Los traumatismos dentales son uno de los riesgos asociados al piercing oral, incluyendo el piercing en el labio. El material utilizado en el piercing puede golpear los dientes, lo que puede provocar astillamiento, fisuras, desgaste del esmalte, movilidad dental e incluso la pérdida de un diente.

 

El impacto repetido de la joyería en los dientes también puede provocar la retracción de las encías, lo que puede exponer las raíces de los dientes y aumentar la sensibilidad dental. Además, el metal de la joyería puede rayar y dañar la superficie de los dientes, lo que puede aumentar el riesgo de caries.

 

Para minimizar los riesgos de traumatismos dentales, se recomienda utilizar material de alta calidad y tamaño adecuado para evitar el contacto con los dientes. También es importante mantener una buena higiene dental y tener cuidado al comer y hablar para evitar golpear la joyería contra los dientes.

Recesión de encías

La recesión de encías es otro de los riesgos asociados al piercing oral, incluyendo el piercing en el labio. Este riesgo se debe a que la joyería utilizada en el piercing puede rozar la encía, provocando una lesión en el tejido y, con el tiempo, la retracción de la encía.

 

La recesión de encías puede ser un problema grave, ya que puede exponer las raíces de los dientes y aumentar la sensibilidad dental. Además, puede provocar una acumulación de placa y bacterias en las raíces expuestas, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedad periodontal y caries.

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Mayor probabilidad de contraer enfermedades periodontales

Otro de los riesgos asociados al piercing oral, incluyendo el piercing en el labio, es una mayor probabilidad de contraer enfermedades periodontales. Las enfermedades periodontales son infecciones que afectan a las estructuras que soportan los dientes, como las encías, el hueso alveolar y el ligamento periodontal.

 

El piercing en el labio puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades periodontales debido a la acumulación de placa y bacterias alrededor del área del piercing. La joyería utilizada puede actuar como un imán para la placa y las bacterias, lo que aumenta la cantidad de microorganismos en la boca. Asimismo, la inflamación crónica causada por el piercing puede debilitar el tejido periodontal y aumentar el riesgo de infección.

 

Los síntomas de las enfermedades periodontales incluyen inflamación, enrojecimiento, sangrado de las encías, mal aliento y sensibilidad dental. Si se dejan sin tratar, las enfermedades periodontales pueden provocar la pérdida de dientes y otros problemas de salud a largo plazo.

Mal aliento

El mal aliento, también conocido como halitosis, es otro de los riesgos asociados al piercing oral. El piercing puede interferir con la higiene bucal adecuada y favorecer la acumulación de bacterias en la cavidad oral. Las bacterias pueden crecer en la superficie del piercing y en los espacios entre la joyería y el tejido, lo que puede provocar un mal olor en la boca.

 

Además, el piercing puede dificultar la eliminación de la placa bacteriana y la limpieza adecuada de los dientes y las encías. Si la higiene oral no es adecuada, la placa bacteriana se acumula en los dientes y las encías, lo que puede causar una infección de las encías o enfermedad periodontal. La enfermedad periodontal es una inflamación de las encías y puede afectar los dientes y las estructuras que los rodean. Si no se trata, la enfermedad periodontal puede provocar la pérdida de dientes.

Cómo cuidar el piercing

A pesar de los riesgos que pueden existir por falta de higiene, el mantener un buen cuidado de nuestro piercing puede eliminar los riesgos existentes ya hacer de una experiencia algo gratificante. Algunos pasos básicos para cuidar tu piercing y evitar complicaciones son los siguientes:

 

  • Limpia la zona del piercing: Es importante que mantengas la zona del piercing limpia para evitar infecciones. Puedes usar un limpiador suave y sin alcohol, como un jabón líquido antibacteriano, para lavar la zona del piercing con agua tibia. Usa un hisopo de algodón estéril para aplicar el limpiador en la zona del piercing y alrededor de la joya.

 

  • Evita tocar el piercing: No toques el piercing con las manos sucias o sin lavar. Si es necesario, toca el piercing con manos limpias y desinfectadas. Evita girar o mover la joya innecesariamente, ya que esto puede dañar el tejido y retrasar la curación.

 

  • Evita el contacto con productos químicos: Evita el contacto con productos químicos como perfumes, lociones y productos de limpieza. Estos productos pueden irritar la piel y la zona del piercing.

 

  • No juegues con la joya: Evita jugar con la joya o morderla, ya que esto puede causar lesiones en la zona del piercing y retrasar la curación.

 

  • No cambies la joya demasiado pronto: Espera hasta que el piercing esté completamente curado antes de cambiar la joya. Si cambias la joya demasiado pronto, puedes provocar complicaciones y retrasar la curación.

 

  • Evita nadar en piscinas o en agua salada: Evita nadar en piscinas o en agua salada mientras el piercing se está curando, ya que esto puede irritar la zona del piercing y aumentar el riesgo de infección.

 

  • Sigue las instrucciones del piercer: Sigue las instrucciones del piercer para el cuidado del piercing. El piercer te dará instrucciones específicas sobre el cuidado del piercing, el tiempo de curación y la joya adecuada para usar.

Consejos a la hora de colocarte el piercing

Una vez hayamos decidido hacernos un piercing, es necesario tomar ciertos consejos que nos pueden ayudar a realizar esta tarea de la manera más óptima posible. Algunos consejos pueden incluir:

 

  • Elige un lugar confiable: Es importante que investigues sobre el lugar donde planeas colocarte el piercing, asegurándote de que cumple con todas las normas de higiene y esterilización necesarias. Busca reseñas y referencias de otros clientes para asegurarte de que sea un lugar confiable.

 

  • Habla con el piercer: Antes de comenzar el procedimiento, habla con el piercer y hazle todas las preguntas que tengas en mente. Asegúrate de que te explique el proceso de colocación del piercing y cualquier cuidado posterior que debas tener.

 

  • Considera la joyería: Es importante que elijas una joyería de buena calidad y que sea adecuada para la ubicación del piercing. El piercer debe ser capaz de aconsejarte sobre el tipo de joyería que es mejor para ti y que se adapte a tus necesidades.

 

  • Prepárate para el dolor: Colocarse un piercing puede ser doloroso, por lo que debes estar preparado para sentir un pinchazo agudo en la zona. Asegúrate de respirar profundamente y mantener la calma para minimizar el dolor.

 

  • Sigue las instrucciones de cuidado posterior: Una vez que te hayas colocado el piercing, el piercer te dará instrucciones sobre cómo cuidarlo adecuadamente. Es importante que sigas estas instrucciones cuidadosamente para evitar infecciones y otros problemas.

 

  • No toques el piercing con las manos sucias: Si necesitas tocar el piercing, asegúrate de lavarte las manos con agua y jabón antes de hacerlo. De lo contrario, podrías introducir bacterias y suciedad en la herida.

 

  • No retires la joyería demasiado pronto: Es importante que no te quites la joyería demasiado pronto después de colocarte el piercing. Si lo haces, la herida podría cerrarse y formarse una infección. Espera a que el piercer te dé el visto bueno antes de retirar la joyería.