Los dientes molares son un tipo de diente situado en la parte posterior de la boca. El grupo de los molares está formado por los dientes más grandes y anchos y están especialmente pensados para triturar y moler los alimentos. Una persona adulta tiene un total de 12 molares, 6 en cada mandíbula.
Los dientes molares se dividen en 3 categorías:
- Primeros molares (comienzan a aparecer a partir de los 6 años de edad).
- Segundos molares.
- Terceros molares o muelas del juicio (suelen aparecer entre los 17 y los 25 años).
Los molares presentan pequeñas protuberancias en la zona de masticación. Una forma muy peculiar con la que pueden triturar mejor los alimentos y prepararlos así para la digestión. Es por esto por lo que tienen una función muy importante en el proceso de nutrición y alimentación.
Funciones de los dientes molares
Los dientes molares desempeñan una función muy importante, ya que están destinados a triturar y moler los alimentos antes de ser tragados. La anatomía de estos dientes les permite triturar los alimentos en pequeños trozos, lo que va a facilitar la digestión y la absorción de los nutrientes.
Por tanto, se puede decir que los dientes molares contribuyen a una masticación adecuada para mejorar tu salud digestiva.
Pero, al mismo tiempo, los molares ayudan a mantener la alineación de los dientes. No en vano, evitan que los dientes de los alrededores se desplacen. De esta forma, previenen los problemas de maloclusión y apertura de espacios entre los dientes.
Por otro lado, los dientes molares también poseen una función destacada en el habla. Sin ir más lejos, al estar situados en la zona posterior juegan un papel determinante en la correcta pronunciación de varias consonantes y sonidos. De esta manera, las personas podemos comunicarnos de forma mucho más efectiva.
Características de los molares
A diferencia de los incisivos y los caninos, los dientes molares poseen una superficie plana y son más grandes y anchos. Es por esto que una de sus características más distintivas tiene que ver con su estructura robusta y su función en el proceso de masticación y trituración de los alimentos.
La posición en la boca que ocupan les permite trabajar en conjunto con los otros dientes para desgarrar y masticar los alimentos de forma óptima. Los dientes molares suelen tener cuatro o cinco pequeñas protuberancias en la superficie masticatoria para brindar una mayor eficacia a la hora de triturar los alimentos. Curiosamente, estas protuberancias están diseñadas para encajar perfectamente con los dientes opuestos de la mandíbula contraria. De esta manera, la mordida es eficaz y equilibrada.
Otra de las principales características de los dientes molares es su capacidad para resistir grandes fuerzas de masticación si los comparamos con otros dientes. Esto se debe, en buena medida, a su tamaño robusto y a la presencia de múltiples raíces que generan una mayor estabilidad de la pieza dental.
Enfermedades más frecuentes de los dientes molares
Una de las enfermedades dentales más frecuentes que sufren los dientes molares es la caries. Las pequeñas fisuras y hendiduras que existen en la superficie de los molares pueden acumular placa y bacterias. Además, por su ubicación, son los dientes más difíciles de limpiar con el cepillo. Todo esto aumenta las posibilidades de padecer una caries dental.
La enfermedad periodontal también puede afectar a los dientes molares. La acumulación de placa bacteriana en la línea de las encías va a provocar la inflamación y la formación de bolsas periodontales. Una situación que, entre otras cosas, daña los tejidos de soporte de los molares, incluido el hueso alveolar.
Además, los dientes molares pueden sufrir fracturas debido a la fuerza que ejercen al masticar alimentos duros. Las fracturas pueden ir desde pequeñas grietas hasta la rotura completa del diente. En cualquier caso, es muy probable que el paciente sufra de dolor intenso y sensibilidad dental.
Cuidados de los dientes molares
El cuidado de los dientes molares pasa, en primer lugar, por una buena rutina de higiene diaria. Es indispensable cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Lo más recomendable es utilizar un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor. Debes prestar especial atención a toda la superficie de los dientes, incluyendo los lados y la zona de masticación de los alimentos.
Dentro de la rutina de higiene, hay que incluir el uso de hilo, seda o cinta dental. Estos elementos son indispensables para limpiar las zonas interdentales de los molares. El uso del hilo dental es diario, deslizando suavemente hacia arriba y hacia abajo para eliminar los restos de comida y placa bacteriana.
Cada día, también es más que recomendable el uso de un enjuague bucal antibacteriano. No obstante, recuerda que este producto no es sustitutivo del cepillado o el hilo dental.
Por último, es muy importante acudir con regularidad al dentista para que podamos revisar el estado de tu boca. El dentista puede detectar de forma temprana cualquier problema que puedas tener en los dientes molares y así llevar a cabo el tratamiento más adecuado.
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