Mal sabor de boca: ¿Qué solución tiene?

El mal sabor de boca es algo bastante común, especialmente en momentos concretos como después de comer, o cuando una persona está recién levantada. Además, es algo que tiene una solución tan fácil como un buen cepillado dental, sobre todo uno en el que se empleen pastas de dientes con sabor a menta. No obstante, cuando este problema empieza a convertirse en algo continuado y que termina afectando a la vida de quien lo padece, entonces es necesario ponerle una solución lo más rápido posible. Ya se han realizado varios estudios, y todos ellos han coincidido en que hasta un 30% de la población ha tenido más de un disgusto en relación al mal sabor de boca continuo. Su origen, por otra parte, es bastante diverso, ya que puede ser un síntoma tanto de una higiene dental insuficiente, o incluso de la presencia de una enfermedad de carácter gástrico. Sin embargo, sea cual sea la causa, lo cierto es que lo más adecuado es intentar ponerle remedio cuanto antes, y la mejor manera de hacerlo es acudir a un dentista.

Causas del mal sabor de boca

Como bien se ha mencionado, el origen del mal sabor de boca continuado es muy diverso. No obstante, se pueden identificar las siguientes causas:

• Xerostomía: Dentro de la boca, uno de los componentes más importantes que existen es la saliva, pues ayuda a que esta se mantenga constantemente hidratada y elimina restos de comida y múltiples bacterias que luego pueden derivar en enfermedades más graves. Por ello, aquellos que padecen de xerostomía, o síndrome de la boca seca, suelen ser más propensos a padecer el problema del mal sabor de boca.

• Alimentación: Los hábitos alimenticios de una persona influyen enormemente en el sabor que vaya a tener su boca, pues una dieta que sea poco equilibrada termina siendo un factor fundamental en el mal aliento. Sin olvidar, la gran cantidad de déficits nutricionales que se originan a causa de una mala alimentación.

• Medicamentos: La ingesta de ciertos medicamentos puede ser un factor determinante en la aparición del mal aliento. Este es el caso de algunos antibióticos o ciertos tratamientos que se encargan de tratar problemas de tiroides.

• Mala higiene dental: Las rutinas de higiene diaria son uno de los aspectos más importantes que existen en lo referente a la salud bucodental, y por eso los especialistas hacen tanto hincapié en ellas. El mal sabor de boca es uno de los problemas derivados de no tener una limpieza dental adecuada en el día a día. Esto es debido a que se termina acumulando placa bacteriana que provoca la aparición de enfermedades periodontales como la gingivitis o la piorrea, además de la aparición de sarro. Todos ellos son favorecedores tanto de la aparición de caries, como del mal aliento. Por este motivo, es fundamental no solamente tener un buen cepillado, sino también incluir otros elementos complementarios como es el colutorio, el hilo dental o incluso la utilización de cepillo interproximal.

Mal sabor de boca como indicador de enfermedades

El mal sabor de boca suele ser en algunas ocasiones un indicador de que el paciente puede estar padeciendo otro tipo de enfermedades que no están relacionadas con la boca. Estas son algunas de ellas:

Enfermedades de carácter hepáticas: Es el caso de la cirrosis, donde el mal sabor de boca viene seguido de dolores estomacales, gran sensación de fatiga, etc.

• Ansiedad: Aquellos que padecen de episodios continuados de mucho estrés o de ansiedad, pueden terminar sufriendo de sequedad bucal, lo que termina derivando en un mal sabor de boca.

• Sinusitis: Es la inflamación de los senos paranasales, lo cual hace que sea mucho más difícil el poder respirar. Por otra parte, también se acumula gran cantidad de mucosidad en la garganta y posteriormente, un sabor amargo y desagradable dentro de la boca.

• Enfermedades sistemáticas: La diabetes, así como el cáncer, entre otras, pueden detectarse fácilmente a través de un mal regusto dentro de la boca.

Tratamiento del mal sabor de boca

El mal sabor de boca puede darse en muchos momentos concretos en el día a día. No obstante, cuando esto se convierte en algo muy continuado, es conveniente ponerle remedio cuanto antes. Lo más recomendable siempre será acudir al dentista, ya que este podrá determinar de dónde viene ese regusto dentro de las cavidades orales. Cuando este responde a procesos infecciosos u otras patologías bucales, entonces el profesional podrá determinar el tratamiento más indicado. Por otro lado, cuando son patologías extraorales, lo mejor será acudir a otro tipo de especialista. Sin olvidar, que el mal sabor de boca también se puede deber a un procedimiento periodontal, para lo cual lo más recomendable es un tratamiento antifúngico.

En otros casos, cuando el mal sabor de boca responde a otros factores, se pueden emplear unos remedios caseros bastante útiles. Por supuesto, una buena rutina de higiene dental será fundamental, no solamente en lo que se refiere a un buen cepillado, sino también a la hora de utilizar elementos auxiliares como es el caso del hilo dental, el colutorio o incluso un cepillo interproximal. Además, también habrá que cepillarse la lengua, pues en esa zona se acumulan gran cantidad de bacterias.

Una buena alimentación también será clave para poder tener una buena salud bucodental, pero también para evitar el mal aliento. También conviene recordar que eliminar ciertos hábitos nocivos como es el caso del consumo del alcohol o el tabaco será fundamental a la hora de no tener un mal sabor de boca.

Conclusiones

Si bien todo el mundo puede vivir la sensación de un mal sabor de boca de vez en cuando, lo cierto es que cuando esto es algo continuado, es conveniente tomar medidas para que no ocurra con tanta frecuencia, especialmente cuando este mal regusto puede responder a una enfermedad más grave. Por eso, el hecho de que haya que acudir al dentista de manera regular cobra todavía una mayor importancia, pues es la mejor manera de poner remedio a esta complicación de una manera efectiva.