A pesar de que es mucho más frecuente de lo que parece, lo cierto es que bastantes pacientes suelen acudir a consulta muy preocupados por presentar bultos en la boca, concretamente en la zona de la encía. En varias ocasiones, estos ni siquiera provocan dolor, pero si que suelen ser motivo de alarma para aquellas personas que los padecen. En los casos más graves, estos pueden producir dolor e irritación, haciendo que realizar ciertas actividades como comer, e incluso hablar, se conviertan en acciones bastante desagradables. Por supuesto, a todos estos problemas se le suma la incertidumbre y el no saber de qué se trata, y si va a resultar perjudicial para la salud o no.
Lo cierto es que, por norma general, los bultos en las encías no provocan problemas graves en la salud bucodental. A pesar de ello, sigue siendo recomendable acudir al dentista con frecuencia para que este analice cada caso de manera individual, y pueda determinar si el bulto es benigno, o si por el contrario presenta cierta gravedad. Para poder saber esto, el profesional deberá realizar una exploración al paciente. Asimismo, existen diferentes clases de bultos en las encías, siendo las fístulas y los fibromas los más comunes. No obstante, sigue siendo de vital importancia conocerlos a todos de primera mano, así como saber la forma de actuar en caso de tenerlos.
Fístula
Las fístulas son aberturas que se producen dentro de la encía, y donde supura un líquido muy denso que puede tener una tonalidad tanto amarillenta, como blanquecina. Dicho líquido se conoce como pus, y es un indicador muy claro de que existe una infección dentro de las cavidades orales. Este bulto, por otra parte, se produce debido a diferentes factores:
- Dientes mal endodonciados: Como su propio nombre indica, esto se da cuando las piezas dentales han sido sometidas a una endodoncia, y esta no ha obtenido los resultados esperados. Así, se produce una infección que termina derivando en fístula. Las complicaciones tras operaciones de este tipo no son muy comunes, pero sí que hay posibilidad de que se produzcan. Esto sobre todo se da debido a que todas las bacterias no se han eliminado de la manera correcta, y han terminado derivando en consecuencias graves para la salud bucodental del paciente.
En los últimos años, las técnicas de endodoncia han mejorado de manera considerable, distinguiendo entre tres métodos diferentes bastante destacados: gutapercha caliente, microscopio y el procedimiento rotatorio.
- Dientes con caries: En estos casos, el dolor está muy localizado, y se debe principalmente a la aparición de caries en las piezas dentales. Estas se desarrollan a raíz de una mala higiene dental, o unos hábitos de vida y alimentación perjudiciales para la salud. Cuando una persona tiene caries, sufre un dolor muy agudo en la zona de los dientes, e incluso en las encías, debido a la enorme acumulación de bacterias que existen en las cavidades orales. Esto, por su parte, también puede hacer que se terminen desarrollando fístulas en las encías.
- Muelas del juicio: Es uno de los dolores más desagradables que existen dentro de la boca, además de que su aparición también fomenta la aparición de fístulas, lo que hace que las sensaciones desagradables aumenten todavía más. En algunos casos, las piezas dentales que tratan de salir se encuentran en unas posiciones inadecuadas que no solamente dañan la encía, sino que también provocan infección y dolor de muelas.
Generalmente, los dentistas suelen recetar antibióticos para aliviar un poco las molestias, aunque lo más adecuado es solucionar la causa que las ha originado. Esto puede llevarse a cabo a través de una reendodoncia, o lo que es lo mismo, una extracción de las muelas. También es factible eliminar las caries o realizar algún tratamiento similar a través de un profesional experimentado en la materia.
Fibroma
Es un bulto duro y normalmente redondo que aparece en la zona de la encía y que se encuentra en una irritación constante, lo que hace que sea bastante complicado poder tratarla en algunas ocasiones. Los fibromas no solamente aparecen en la encía, sino que también pueden darse en los labios o la lengua, además de otras zonas de las cavidades orales. Es bastante frecuente en aquellos pacientes que o bien llevan algún tipo de prótesis dentales, o bien se muerden el labio frecuentemente y sufren de rozaduras.
Lo cierto es que, al contrario de lo que ocurre con la fístula, el fibroma no produce tantas molestias, ya que mientras no se toque ni se roce, no suele doler excesivamente. No obstante, esto no implica que no haya que hacer algo para solucionarlo, pues en caso de no tratarse a tiempo, puede tener consecuencias negativas para la salud bucodental de los pacientes. A pesar de ello, este tipo de bulto es benigno, y no necesita de ningún tipo de antibiótico, pues estos podrían tener el efecto completamente contrario. Por ello, el procedimiento habitual de los profesionales es el de la extirpación y limpieza del propio bulto.
Además de todos estos elementos, lo más importante a la hora de eliminar completamente un fibroma, es eliminar por completo la causa que la ha producido. Por norma general, y como bien se ha mencionado anteriormente, las causas más habituales de sufrir la aparición de este bulto es a raíz de una prótesis mal colocada. En este caso, habrá que acudir al dentista para que este la coloque de la manera adecuada. Por otro lado, también puede deberse a “manías” del paciente, como morderse el labio, o incluso por las caries, en cuyo caso habría que revisar los hábitos de higiene diarios. Estos siempre deben incluir un cepillado bien hecho al menos tres veces al día, y la utilización de elementos adicionales como el colutorio o la seda dental.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, queda claro que lo más adecuado es acudir cuanto antes al dentista en caso de que aparezca cualquier bulto en las cavidades orales, pues es la única forma de poner la solución más adecuada en cada caso.
