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Cuando una persona no mantiene una buena higiene diaria, termina desarrollando una serie de complicaciones en forma de infecciones y enfermedades que terminan por poner en peligro su salud bucodental. Una de dichas complicaciones incluye la pulpitis, una inflamación de la pulpa dental y que provoca mucho dolor a quien la padece.
Entendiendo la pulpitis: definición y causas
Como bien se ha comentado anteriormente, esta inflamación daña directamente a la pulpa dental. Esto es un tejido blando lleno de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, y que al verse afectado provoca unas molestias y dolor muy agudo a los pacientes, el cual también suele aumentarse con el tacto. Es una complicación que se debe tratar con la mayor rapidez posible, ya que de lo contrario podría terminar por producir severas consecuencias. Por tanto, para poder mantener cierto control y evitar que estas se produzcan, se debe conocer qué es exactamente la pulpitis, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla de la manera más conveniente.
¿Qué es la pulpitis? Definición y tipos
Esta inflamación es una enfermedad que generalmente se suele asociar a la presencia de caries, aunque también se puede provocar por otras complicaciones. Entre ellas, se destaca el bruxismo, traumatismo u otras infecciones. Así, es posible distinguir tres clases distintas:
- Pulpitis reversible: Como su propio nombre indica, es aquella que todavía tiene solución. Es menos severa, y mientras sea diagnosticada a tiempo, no debería presentar excesivos problemas para los pacientes.
- Pulpitis irreversible: Se produce generalmente a raíz de caries dentales que han terminado alcanzando el nervio, así como debido a la disminución del flujo sanguíneo de la propia pulpa dental. En este caso, es mucho más severa y podría incluso derivar en la extracción de la propia pieza dental. Por este motivo adquiere una mayor importancia el detectar a tiempo esta infección.
- Pulpitis hiperplásica: Se da cuando la pulpa se inflama, erosiona y se comunica directamente con la boca. Ello origina una mancha rosada en el diente que, además, afecta a la apariencia estética del paciente.
Principales causas de la pulpitis
Por norma general, el motivo principal por el que se da esta inflamación de la pulpa dental es a raíz de caries que no se han eliminado cuando deberían. De esta manera, terminan penetrando en la dentina y alcanzan la pulpa dental, provocando fuertes daños y dolor a la persona en cuestión. No obstante, la pulpitis también puede venir ocasionada por otros factores:
- Golpes o traumatismos: En estos casos, se alcanza la dentina, provocando daños en la misma.
- Bruxismo: el cual hace que se pierda esmalte dental debido al desgaste que se presenta al rechinar los dientes con tanta frecuencia.
- Abrasión dental: Al igual que ocurre con el bruxismo, supone una pérdida muy progresiva de superficie dental, debido a la fuerza que se ha aplicado sobre la misma.
- Las patologías como la periodontitis, y otras de menor gravedad como la gingivitis: pueden hacer que los tejidos que actúan como soporte de las piezas dentales se inflamen, y ponen en peligro la estabilidad de la pieza. Asimismo, producen daños preocupantes en las encías y en el hueso alveolar.
- Obturaciones mal realizadas: Cuando son muy profundas, a veces se retira tejido y por ende, se alcanza la pulpa dental.
- Ortodoncia ejercida con demasiada fuerza: Esto provoca que se corte el flujo sanguíneo y que la pulpa termine viéndose afectada.
Síntomas y diagnóstico de la pulpitis
Una de las formas infalibles de poder deshacerse de la pulpitis dental, es conseguir tratarla a tiempo para evitar que siga produciendo mayores daños a los pacientes. Por este motivo, saber reconocer a la perfección cuáles son los signos más claros de esta inflamación es algo vital en su eliminación, pues se logra una identificación temprana. Así, las consecuencias no se van agravando y el paciente, por tanto, sufre menos.
Identifica los síntomas de la pulpitis
Para lograrlo, se deben conocer las siguientes señales:
- Dolor muy intenso y agudo: Es el signo más característico de todos, el cual a su vez se puede producir por dos factores distintos. En el caso de la pulpitis reversible, las molestias se hacen patentes a la hora de consumir alimentos o muy calientes, o muy fríos. Estas únicamente aparecen cuando el diente tiene contacto con el estímulo, pero una vez este se retira, esto ya no es un problema. Sin embargo, cuando la pulpitis es irreversible, el dolor aparece espontáneamente y se mantiene incluso sin estímulos. No se debe olvidar que a la hora de dormir se pueden sufrir fuertes molestias que impiden que el sueño del paciente logre ser del todo reparador.
- Sensibilidad dental: Especialmente a la hora de masticar, aunque también se puede presentar cuando el paciente se cepilla los dientes.
- Clara dificultad para poder encontrar la pieza dental donde se está produciendo el dolor.
Procedimientos para el diagnóstico de la pulpitis
Para llevar a cabo un correcto análisis del problema, será fundamental mantener una conversación con el paciente afectado donde se tengan en cuenta todos sus antecedentes clínicos. De igual manera se incluirán las radiografías y fotografías de las cavidades orales de la persona en cuestión. Esto será determinante para poder conocer algunas de las causas de la inflamación. Asimismo, se llevará a cabo un examen físico de las propias piezas dentales para poder comprobar su vitalidad y en qué condiciones se encuentran. Ello se podrá realizar mediante la aplicación de frío sobre el diente para poder comprobar si este recibe correctamente los estímulos. Por supuesto, se debe comprobar que la inflamación no se haya extendido.
Tratamiento y prevención de la pulpitis
Antes de hablar de los procedimientos que existen para poder evitar esta complicación, se debe tener en cuenta que los mismos únicamente pueden ser llevados a cabo por un especialista. Concretamente, aquellos dentistas y odontólogos que ya cuenten con experiencia suficiente en este tipo de técnicas. De esta manera, se podrán garantizar unos excelentes resultados finales.
Tratamiento eficaz para la pulpitis
Algo que es de vital importancia saber, es que los métodos que se requieren para cada tipo de pulpitis no son los mismos. En el caso de la reversible, al tratarse de una situación de menor gravedad, los procedimientos que se requerirán serán distintos. De esta manera, se puede destacar el tratamiento de las caries. Este consiste en identificarlas a tiempo y eliminarlas a través de recubrimientos pulpares en el diente y un empaste. Así, es posible recuperar la estética y funcionalidad de la pieza. También es posible que el odontólogo recomiende la ingesta de determinados medicamentos de carácter antiinflamatorio, pero estos únicamente deben tomarse si han pasado por una revisión previa por parte del profesional.
En cambio, cuando se trata de una pulpitis de carácter irreversible o hiperplásico, los procesos a seguir serán mucho más intensos y largos. Esto puede resultar algo tedioso para los pacientes, pero es la mejor manera de solucionar este contratiempo. En este tipo de casos, la pulpa dental ya está directamente afectada, por lo que será necesario llevar a cabo una endodoncia. Este procedimiento es algo complicado, y consiste en extirpar por completo la pulpa para poder limpiar el sistema de conductos radiculares. Cuando las bacterias ya no se encuentran presentes en esta área, se intenta dejar el conducto lo más aséptico posible. La cavidad que se ha dejado, por su parte, será rellenada con materiales biocompatibles para que no se pierda el diente, ni las funciones del mismo. Antes de esto, es posible que se receten antibióticos.
Consejos para la prevención de la pulpitis
Una de las formas más útiles de poder solucionar la complicación de la pulpitis, es a través de la prevención de la misma. Para ello, se pueden seguir una serie de pautas muy útiles en estos casos:
- Una buena higiene dental: Es vital para no tener que lidiar en ningún momento con ninguna enfermedad o problema bucal. Las rutinas de limpieza diaria después de las comidas no solamente deben incluir un correcto cepillado, sino también la utilización de elementos como el enjuague bucal, el hilo dental o incluso los irrigadores. Estos ayudarán a que la higiene sea mucho más completa, ya que pueden alcanzar todas las zonas donde el cepillo no llega.
- Proteger las piezas dentales: Aquellas personas que realicen deportes de contacto o que padezcan trastornos como el bruxismo deben proporcionar a sus dientes una defensa adecuada para evitar golpes, traumatismos o desgaste. Esto puede lograrse a través de férulas o protectores bucales.
- Acudir al dentista regularmente: Se recomienda visitar y acudir a consulta al menos una o dos veces al año. Esta es la mejor manera de poder revisar que la salud oral del paciente se encuentra en buen estado, además de identificar posibles problemas a tiempo. De esta manera, se podrá proceder con el tratamiento que resulte más conveniente en cada caso. Sobre todo, este consejo adquiere una mayor relevancia cuando el paciente está experimentando dolores en la boca que le impiden realizar actividades con normalidad en su vida diaria.