Todos los dentistas hacen, como es lógico, mucho hincapié en la importancia de la salud bucodental y de mantener unas rutinas de limpieza diaria adecuadas. Sin embargo, muchas personas desconocen que esto no solamente se trata de cepillarse los dientes después de cada comida, sino que incluye además otros elementos que ayudan a que la propia limpieza sea mucho más completa. Entre ellos, es vital destacar la presencia de los irrigadores dentales. Estos modernos dispositivos ayudan a eliminar los restos de comida acumulados en zonas donde el cepillo no llega, y son muy útiles para evitar gran cantidad de enfermedades orales. Por eso, conviene conocerlos de primera mano, así como su funcionamiento.
Entendiendo la función del irrigador dental
El irrigador dental tiene el objetivo principal de proporcionar una buena limpieza al paciente al margen del cepillado. Es muy eficaz y eso hace que cada vez más personas se decanten por él a la hora de adquirirlo y complementarlo a sus rutinas de higiene diaria. Su utilización supone un extra de calidad para mantener los dientes en el mejor estado posible. Por eso, conviene saber qué es y cómo funciona.
El irrigador dental: ¿Qué es y cómo funciona?
Es un tipo de dispositivo que tiene el objetivo de retirar los restos de comida que se van acumulando dentro de las cavidades orales, concretamente entre los dientes y las encías. Funciona a través de un sistema de agua a presión que debe ser aplicado en las diferentes zonas de la boca para que todos los residuos que se almacenan se puedan retirar de una manera más eficaz. Esto es muy útil, ya que si bien el cepillo alcanza múltiples áreas, sigue sin poder acceder a todas. El irrigador puede ser de gran ayuda en estos casos, pues puede intervenir y emplearse en lugares poco accesibles. Asimismo, la acumulación de sarro también se ve considerablemente reducida, y tiene grandes efectos no solo sobre las piezas dentales, sino también sobre las encías.
De igual manera, es importante mencionar que el irrigador dental es únicamente un complemento de higiene bucal, y que en ningún caso debe ser utilizado como único elemento para realizar las rutinas de limpieza oral diaria. Aparte de esto, su uso sigue siendo altamente beneficioso, especialmente para algunas personas que tienen más riesgos de sufrir enfermedades dentales. Algunos ejemplos son aquellos que tienen algún tipo de discapacidad y requieren de otras personas para llevar a cabo la higiene bucal, o pacientes que son más propensos a padecer caries dentales.
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Beneficios de utilizar un irrigador dental
Los irrigadores dentales tienen gran cantidad de ventajas que se deben tener muy en cuenta. Entre ellas, estas son las principales:
Evitan el sarro y ayudan a realizar una limpieza en total profundidad: Alcanzan todas las zonas que son imposibles para el cepillo, y también previenen que aparezca y se vaya acumulando sarro dentro de la boca.
- Son muy accesibles: No es necesario acudir al dentista para empezar a utilizarlos, y se pueden comprar con facilidad y a un precio muy económico.
- Son beneficiosos para las encías: El agua provoca una especie de efecto masajeador que hace que el sangrado y la inflamación también se vean mucho más reducidos.
- Se acumulan menos manchas y por tanto, los dientes son más blancos, lo que favorece a la estética del paciente.
- Aporta sensación de frescor y limpieza después de utilizarse, algo que es muy útil sobre todo para las personas que sufren de halitosis.
La realidad es que los irrigadores dentales presentan muchos beneficios y muy pocas desventajas, y por eso han ganado tantos adeptos con el paso del tiempo.
La importancia del irrigador dental en la higiene bucal
Se ha comprobado que a veces el cepillado no es suficiente para tener una salud oral completa y adecuada. Por eso, el irrigador dental puede ayudar a encontrar ese pequeño punto que falta para contar con una boca completamente sana.
¿Por qué el irrigador dental es esencial para la higiene oral?
Si bien el cepillo es el elemento principal para contar con una salud oral adecuada, existen complementos como los irrigadores dentales que ayudan a que la limpieza se pueda dar en todas las zonas de la boca, ayudando a prevenir con más éxito enfermedades y problemas dentales.
¿Cómo puede mejorar la salud dental con un irrigador?
Se ha comprobado que las ventajas que ofrece este dispositivo son múltiples. Es altamente beneficioso para la salud oral el múltiples sentidos, no solamente porque ofrece una limpieza mucho más completa, sino porque también tiene buenos efectos sobre las encías y las propias piezas dentales. Además de esto, previene el mal aliento, mejora la limpieza de la spropias bolsas periodontales, y produce una sensación de frescor muy agradable. Tampoco tiene contraindicaciones, ni se necesita de supervisión previa para ser adquirido, por lo que los pacientes que comiencen a usarlo verán que su salud bucodental se encontrará considerablemente mejorada.
Seleccionando el mejor irrigador dental para tus necesidades
Como bien se ha comentado con anterioridad, los irrigadores dentales son bastante asequibles y pueden obtenerse sin necesidad de supervisión. Asimismo, se pueden comprar por un precio barato. No obstante, en caso de duda, los pacientes siempre podrán preguntar a su dentista de confianza para que este les aconseje qué tipo de irrigador es más adecuado teniendo en cuenta sus propias necesidades y preferencias individuales.
Factores a considerar al elegir un irrigador dental
Los irrigadores dentales son especialmente buenos para personas que padecen problemas como sensibilidad o patologías dentales, o aquellos que llevan puesta una ortodoncia fija como los brackets tradicionales, los cuales exigen que las rutinas de limpieza sean más exhaustivas debido a que los restos de comida se acumulan más fácilmente. Asimismo, para realizar una buena elección de irrigador, siempre es bueno consultar a un dentista para que valore el caso individualmente y asesore correctamente a su paciente.
¿Cómo utilizar correctamente el irrigador dental?
Los expertos recomiendan la utilización del irrigador únicamente una vez al día, justo antes de irse a dormir. Por supuesto, este tipo de limpieza debe llevarse a cabo en el baño debido a las posibles salpicaduras que se puedan originar. Asimismo, se debe pasar el chorro de agua por aquellos espacios existentes entre una pieza y otra, así como las encías. No es necesario mantenerlo mucho tiempo en cada parte, sino que bastarán tan solo unos pocos segundos. La duración de esta técnica es muy corta, y no llevará más que unos pocos minutos el ejecutarla.
Por otro lado, conviene conocer también los riesgos que tienen los irrigadores, pues si bien son muy beneficiosos, pueden provocar daños si no se usan correctamente. Ya se ha recalcado que no deben utilizarse como sustitutos del cepillo, pero tampoco se debe utilizar el chorro a la ligera. Este es relativamente potente, por lo que una utilización inadecuada puede hacer daño a los pacientes, aparte de provocar sangrado e inflamación de las encías.