Brackets autoligables Damon: ¿Qué ventajas tienen?
En la actualidad existen gran cantidad de alternativas de ortodoncia fija, ya que las técnicas en odontología han mejorado de manera considerable. Cuando una persona opta por arreglar su dentadura, ya sea tanto por motivos estéticos como funcionales, debe informarse sobre todos los aparatos disponibles. Por ello, es importante conocerlos todos, incluidos los brackets autoligables Damon. Estos sistemas de autligado pasivo no requieren de gomas elásticas ni de ligaduras para poner unirse al arco, lo que hace que sean mucho más cómodos que los brackets metálicos tradicionales. Esto hace que se transmita la fuerza de forma directa a las piezas dentales a través de los mismos brackets. Por otro lado, el sistema Damon también cuenta con dos opciones de autoligado, las cuales se diferencian teniendo en cuenta el material con el que estos han sido fabricados. Así, existen dos tipos: el Damon Clear (son más estéticos al estar fabricados por cerámica transparente) y metálicos, que son de un tamaño menor que los brackets tradicionales.
Los brackets Damon tienen como objetivo conseguir una oclusión óptima para los pacientes. Por supuesto, también el de una nivelación y alineación dental correcta. Esto significa que los resultados son exactamente iguales que los que ofrecen otros aparatos dentales, pero son más cómodos y estéticos al ligar el arco a los brackets a través de un clip. A través de esta forma, se consiguen mover los dientes a la posición correcta con una fricción mucho menor, y reduciendo también el tiempo que requieren las revisiones clínicas. No obstante, para que el tratamiento tenga unos buenos resultados finales, es importante realizar un estudio previo y llevar a cabo un plan adecuado.
Colocación de los brackets de autoligado
Como bien se ha mencionado en el apartado anterior, antes de proceder a colocar los brackets de autoligado, es importante que el profesional encargado de realizar el tratamiento lleve a cabo una serie de pruebas diagnósticas al paciente para saber qué es lo que realmente necesita. Posteriormente, se llevará a cabo el proceso de colocación, el cual ha presentado mejorías bastante considerables con el paso de los años, entre ellos, el cementado indirecto. Así, este se compone de las siguientes fases:
- Toma de impresiones: Se realizarán en la boca del paciente para poder crear un modelo de escayola. También se llevará a cabo una radiografía en el estudio de ortodoncia, la cual se utilizará como guía para poder cementar los brackets de forma correcta.
- Confección de la férula de transferencia: Se confecciona una funda que se crea en plástico termomoldeable, el cual hará posible poder proceder con el cementado indirecto. Posteriormente, se prepara la superficie de la pieza dental para mejorar la adhesión del propio bracket.
- Tratamiento del diente: Una vez se han realizado los pasos anteriores, la pieza dental se lava y se seca y se aplica adhesivo a la superficie, tanto del diente como del bracket. Luego, se posiciona la férula de transferencia, también en el diente. A través de una lámpara específica, se finaliza el proceso con una polimerización. Así, el profesional podrá retirar la férula de transferencia y limpiar los restos de composite que queden.
Ventajas de los brackets Damon
Los brackets de autoligado presentan una serie de beneficios que los pacientes deben conocer para poder terminar decantándose por ellos. Entre ellos, existen los siguientes:
- Comodidad: Estos brackets son mucho más prácticos, ya que la fricción dentaria se reduce de forma bastante considerable. Por este motivo, todas las molestias y los dolores que suelen producir los aparatos clásicos no existen con la ortodoncia Damon. No obstante, sí que es importante saber que el paciente tendrá que pasar igualmente por un periodo de adaptación hasta que se termine acostumbrando a la presión en la dentadura, la cual será menor que con otras ortodoncias.
- Son más higiénicos: Lo cierto es que con los brackets clásicos es mucho más complicado mantener una buena higiene oral, ya que los restos de comida se acumulan fácilmente en la boca, lo que hace que se facilite la acumulación de bacterias y el desarrollo de enfermedades. Sin embargo, los brackets Damon, al no contar con ligaduras, hacen que estos restos de alimentos no se acumulen. En todo caso, sigue siendo necesario utilizar algunos elementos complementarios al cepillo, como es el caso del colutorio o el hilo dental. A través de estas técnicas, la acumulación de placa será mucho menor y se evitarán enfermedades periodontales (gingivitis o piorrea) y las caries.
- Es más rápido: El tratamiento con brackets Damon es mucho más práctico y menos tedioso, ya que las revisiones son bastante más cortas al no contar con ligaduras. Esto facilita enormemente el trabajo del profesional en las consultas, ya que no necesita ajustar cada una de las gomas gracias al sistema de clip.
Desventajas de los brackets de autoligado
A pesar de los aspectos positivos de los brackets Damon, estos también presentan ciertos inconvenientes:
- Restricciones en la alimentación: Cualquier sistema de ortodoncia fijo tiene restricciones a la hora de comer ciertos alimentos, ya que se pueden desprender los brackets. Los brackets Damon, en este caso, no son una excepción.
- Estética durante el tratamiento: Lo cierto es que si bien esta ortodoncia es más discreta que los brackets metálicos tradicionales, no son la alternativa más estética que existe, pues algunos aparatos como los brackets de zafiro son mucha mejor opción.
- Precio: Es un método más caro que la ortodoncia tradicional, lo cual puede ser un problema para algunos pacientes.
Conclusiones
La ortodoncia Damon es una alternativa ideal para aquellas personas que deseen corregir diferentes problemas relacionados con las maloclusiones o con la alineación de los dientes. Con el paso del tiempo, además, ha terminado presentando gran cantidad de mejoras que les han convertido en una de las mejores opciones del mercado. . Es mucho más cómodo y estético que la ortodoncia tradicional, y además, no es especialmente duradero. Generalmente, la media está en unos 18 meses, aunque en algunos casos este tiempo se puede ver bastante reducido, dependiendo de las necesidades de cada paciente.