¿Cómo hay que lavarse los dientes?

Está bastante claro que cepillarse los dientes es una acción fundamental en la vida de cualquier persona, y por eso se inculca desde que los niños son muy pequeños. Lavarse los dientes es vital para poder gozar de una buena salud bucodental, pero no siempre se hace de la manera correcta. Sin embargo, es algo que ayuda a prevenir caries y múltiples enfermedades dentales, y por eso es importante llevarlo a cabo de la manera adecuada para poder evitarlas de manera total y efectiva.

Los profesionales aconsejan lavarse los dientes como mínimo tres veces al día después de cada comida. Sin embargo, solamente esto no es suficiente, ya que se deben tener en cuenta otros aspectos para que esta limpieza sea completa. Por supuesto, el cepillado nocturno siempre va a ser el más importante de todos, ya que es el momento del día donde menos saliva genera el cuerpo. Este componente es fundamental, y se encarga de regular la presencia de bacterias dentro de la boca, motivo por el cual la noche es un momento tan clave para acordarse de lavarse los dientes. Durante el resto del día, no obstante, también será importante, aunque en caso de no poder realizarse, es recomendable enjuagarse con agua después de comer. No es ni de lejos tan efectivo como el cepillado, pero siempre será mejor que no hacer nada. Los chicles y los caramelos también pueden ayudar, sobre todo a la hora de prevenir el mal aliento.

lavarse los dientes

El cepillo de dientes

Un componente fundamental a la hora de lavarse los dientes, es el cepillo. Existen múltiples tipos que se pueden utilizar, aunque algunos son mucho más recomendables y útiles que otros. Lo más importante, no obstante, es que sus cerdas tengan una dureza suave o media, pues de lo contrario podrían dañar los tejidos de la boca y provocar la retracción de encías, entre otros problemas. Por otro lado, el cepillo puede ser tanto eléctrico como manual, pues ambos consiguen que la limpieza sea bastante completa. Sin embargo, el eléctrico elimina la placa con más facilidad, e incluso muchos tienen un sensor que avisa al paciente cuando este aplica demasiada presión. A pesar de ello, y como ya se ha comentado, uno manual sigue siendo perfectamente válido.

Otros aspectos que conviene tener en cuenta es que el cepillo debe cambiarse cada tres meses aproximadamente, sobre todo si las cerdas se encuentran muy desgastadas. En caso contrario, este acumulará gran cantidad de bacterias que terminarán poniendo en riesgo la salud bucodental del paciente. También será importante escoger el cepillo teniendo en cuenta la edad de cada paciente. En el caso de los niños, los padres deben implicarse para que tengan una higiene oral adecuada, y hasta que sean lo suficientemente adultos como para encargarse por su cuenta, estos deben insistirles mucho en que se acuerden de cepillarse los dientes. Y, cuando se trata de los bebés, lo más conveniente será escoger un cepillo de dientes especial.

La pasta de dientes

Así como el cepillo es un elemento clave en mantener una buena higiene oral, la pasta de dientes también es un utensilio que jamás puede faltar en este proceso. Los dentífricos se encargan de que la limpieza sea completa y efectiva, ya que no solamente se encargan de dejar un aliento fresco, sino que además también arrastran todos los alimentos que se acumulan en la boca. Sin embargo, es muy importante saber qué pasta de dientes resulta más adecuada, pues hay algunas que están mucho más recomendadas que otras. Algunos ejemplos son los siguientes:

  • Pastas de dientes fluoradas
  • Pastas de dientes para piezas dentales sensibles
  • Pastas de dientes infantiles, con menos flúor
  • Pastas de dientes protectoras contra las caries

Por supuesto, en ningún momento se debe utilizar agua oxigenada y otros componentes como el bicarbonato, ya que pueden desgastar los dientes y generar gran cantidad de complicaciones. Además de esto, lavarse los dientes sin pasta tampoco se recomienda, ya que no se consigue que la boca quede completamente limpia y libre de restos de alimentos. Tampoco se puede olvidar, que los profesionales recomiendan utilizar una cantidad de pasta de dientes similar al tamaño que tendría un guisante, de manera que resulte eficaz y no produzca el efecto contrario.

Técnicas del cepillado

Una vez se conocen todos los elementos que intervienen dentro de un buen cepillado de dientes, es fundamental saber cuál es la técnica más conveniente para lograr la limpieza adecuada. Lo primero que se debe saber, es que el cepillado tiene que tener una duración de mínimo dos minutos, y hay que evitar que este sea brusco. Además, hay que dedicarle tiempo a todas las piezas dentales, y no únicamente a las frontales, por lo que es muy útil dividir la boca en cuatro sectores y prestar mucha atención a cada uno de manera individual. Si los movimientos son demasiado fuertes o agresivos, se podría producir una retracción de encías, y por eso se hace tanto hincapié en esta técnica. Asimismo, existen varias formas de llevar a cabo el cepillado dependiendo precisamente del tipo de cepillo. En el caso del manual, el movimiento será de barrido, mientras que con el eléctrico basta simplemente con apoyarlo en la base de la pieza dental.

En el caso de las personas que tienen ortodoncia fija, entonces será importante cepillarse cada pieza durante al menos cinco segundos, además de utilizar otros elementos que pueden ayudar a que la higiene sea mucho más completa. Entre ellos, destacan los colutorios o incluso los cepillos interproximales.

Conclusiones

Además de que otras acciones como las revisiones al dentista, buenos hábitos alimenticios o la utilización de complementos como el hilo dental o el colutorio, también ayudan a tener una buena salud bucodental, lo cierto es que queda claro que el cepillado es la más importante de todas. O, por lo menos, imprescindible. Sin embargo, y como ya se ha demostrado, para que dicha acción sea completamente efectiva, es fundamental tener en cuenta aspectos tan fundamentales como la pasta, el tipo de cepillo e incluso la propia técnica empleada.